Cuando pensamos en Komodo, a todos no vienen a la cabeza aquellas imágenes que veíamos en la televisión de los grandes Dragones de Komodo, unos reptiles que viven en una lejana isla, la cual parece que solo los exploradores visitan.
Komodo está situado en Indonesia, y a pesar de que Indonesia es un país muy turístico, sobre todo visitado por australianos, Komodo no lo es tanto.
Los dragones de Komodo no solo viven en la Isla de Komodo, también viven en su vecina isla de Rinca. Allí los ejemplares son más pequeños y podríamos decir que están más localizados, de hecho cuando llegas los ves tirados en el suelo tomando el sol.
El dragón de Komodo es un animal impresionante, digno de fotografiar y todo un atractivo para los fotógrafos de naturaleza. Es sin duda, un animal te impacta cuando lo ves por primera vez.
Referente al equipaje, no tuve ningún problema en subir todo el conjunto a cabina, el trípode incluido, como siempre viajo con una mochila que esta dentro de los tamaños admitidos y ni siquiera me hicieron abrir la mochila. Saben qué tipo de turistas visitan las islas y los fotógrafos son los principales.
Cuando pensamos en este destino se nos hace cuesta arriba por la sensación de lejanía, pero no es imposible llegar, de hecho el único requisito es organizarse con mucha antelación.
Para llegar al grupo de islas donde vive el Dragón de Komodo debemos dirigirnos a la isla de Bali, desde allí tenemos dos opciones, la rápida y la lenta...
La lenta...: esta opción es la de coger un barco desde Bali que nos lleve a Komodo. Este trayecto dura 3 días y es muy bonito, pensad que esos mares son dignos de ver. Pero tener en cuenta que si vas con el tiempo justo, como nos pasa a todo viajero que no dispone de un mes, esto no es tu opción, a pesar, de ser la más económica.
La rápida...: esta es la que nosotros usamos. Nos dirigimos al aeropuerto de Bali para coger un avión interno hacia Labuhanbajo, un pueblo situado en la isla de Flores. Los vuelos internos son escasos, por este motivo tenemos que organizar con mucha antelación el viaje, y los billetes pueden oscilar entre los 150€-200€ por persona, pero en cuestión de poco tiempo nos plantamos en Flores.
Este pueblo no es muy grande y desde su puerto puerto salen todos los barcos que te llevarán a hacer la visita a las Islas vecinas de Rinca y Komodo, y si tenemos suerte y caemos bien al capitán ,tal vez nos puedan llevar a otras zonas menos transitadas.
Tenemos dos opciones para conseguir estos barcos, una es contratarlo desde el principio, desde nuestro país de origen, y otra es llegar al puerto y comenzar a negociar el trayecto y el precio. Lo mejor, bajo mi punto de vista, es negociarlo desde aquí, porque a pesar de tener muchos intermediarios y que por este motivo el viaje salga más caro, nos aseguraremos de tener un barco para visitar las islas. De la otra forma, tal vez no encontremos un medio de transporte para el momento que llegamos y de este modo podemos perder tiempo.
Tenemos diferentes opciones referente a los barcos:
La más económica: es la de enrolarte en un barco compartido. Estos barcos son para unas 20 personas y todos duermen en literas, es mucho más económico y no es mala opción.
La media: coger un barco individual. Esta opción es la que elegimos nosotros, se trata de un pequeño barco y bastante lento. Pero podréis disfrutar de un paisaje precioso y de la intimidad de viajar solo, acompañados por la tripulación, que por cierto es muy amable y servicial. En estos barcos te cocinan como lo haría un indonesio en casa, es todo un lujo y con una gastronomía digna de degustar.
Si escogéis esta opción, dormiréis en la cubierta del barco, encima de unos colchones, escuchando el mar y las gaviotas, viendo el amanecer y el atardecer, y respirando una tranquilidad absorbente. De hecho es como si la naturaleza se abriera paso entre las aguas cristalinas del Índico.
¿Y el precio? Estos barcos están sobre los 400€ los 3 días 2 noches.
La más cara: Se trata de contratar lujosos barcos que disponen de camarotes y baños privados, así como salón comunitario y muchísimo más lujo. Realmente el barco tiene que ser espectacular, pero, personalmente, creo que se disfruta más el contacto directo con las opciones anteriores.
El trayecto hacia Komodo y Rinca es algo que nunca olvidarás. El paisaje te envuelve en una acuarela con una gran variedad de tonos: te impactaran los trozos de isla de un color marrón, fuera de lo común, que te aparecen por sorpresa frente al Índico. Realmente sus colores son espectaculares, dominados por un rojo fuego y salpicados por resquicios de vegetación. Es maravilloso descubrir playas entre rocas de inaccesibles (de hecho solo se puede acceder por barco). Y que os voy a decir del cielo (totalmente azul) y del mar, abrazado por una corriente turquesa, y por una transparencia que te permite ver el fondo (los peces, las mantas...). De hecho, nadar en esta zona es como desconectar del mundo, ya que puedes sentir la paz y la tranquilidad de estar en un lugar remoto pero envolvente. Así, te puedes quedar horas y horas hipnotizado mirando la postal que tienes delante de tus ojos, deseando que nunca acabe, ya que sabes que ese lugar es único y eres consciente por momentos, de que será difícil volver. El tiempo se para, pero a la vez te hace ser consciente de que existe, y te impulsa a disfrutar de cada segundo del recorrido. De hecho, os puedo decir que lo tengo grabado en mi mente como si fuera una cápsula muy valiosa. Podríamos decir que Komodo y Rinca son arte natural por si solos.
Si el mar y el trayecto impacta, no es nada comparado con el momento que pisas por primera vez las islas, sobretodo Komodo, un lugar árido, marrón rojizo, con un calor solemne que te golpe la cara y algunos arbustos de metro o metro y medio de alto de un verde muy intenso.
La entrada desde puerto es un camino entre montañas muy alejadas, un terreno tremendamente plano con arboles secos allí y aquí, algunos macacos de Komodo jugando y peleándoselos, limpiándose y socializando, que te miran como si el espectáculo fueras tu.
Este camino te lleva al centro de información, aquí se paga la tasa de entrada al parque y comienza tu aventura, te asignan un Ranger, el cual te enseñará los secretos de la isla y te protegerá de los Dragones de Komodo con un palo, si un simple palo es lo que nos separa de estos animales, suficiente con estos Rangers experimentados los cuales son necesarios para entrar en la isla, esta prohibido pasear por el parque sin ellos sobretodo por seguridad, ya que estos animales a pesar de medir 3 metros y ser verdaderos tanques se camuflan a la perfección, puedes tener un gigantesco Komodo de 3 metros a escasos 2 metros y no verlo si no decide moverse.
Fotográficamente hablando debo decir que no es un lugar "fácil" es complejo, las visitas acostumbran a ser en las horas avanzadas de la mañana, allí el sol cae con fuerza originando fuertes sombras y no olvidemos el reflejo de esa tierra rojiza marronosa que contrasta con la piel oscura de los dragones, yo me apoye en un flash para realizar mis fotografías, como os dije un alto porcentaje de mi trabajo tiene flash, y aquí me fue de gran ayuda, para mantener texturas y compensar luces altas con sombras duras.
QUE OBJETIVO LLEVO?
Yo fui con un angular, un 16-35 para paisajes y un 200-400 para la fauna. Creo que la mejor opción es el 80-400 o un 100-400, así como lleva un duplicador... que nunca se sabe...
El 200-400 me fue perfecto para retrartar aves, macacos, ciervos endémicos de las islas y detalles, pero por otro lado el 200mm va muy bien para retratar el dragón de Komodo, es un animal muy grande, tranquilo y confiado, allí no tiene depredador y se acercará mucho a vosotros si no vais con cuidado.
ILUMINACIÓN ARTIFICIAL
Yo os aconsejo llevar un flash para poder rellenar las sombras causadas a las duras condiciones del lugar, de este modo os aseguráis poder tener imágenes decentes a pesar de llegar a malas horas. No me pusieran problemas para usarlo y los dragones así como el resto de fauna del lugar no le ocasionaba molestias el pequeño destello.
BATERÍAS
Os aconsejo llevar baterías de sobras o cargadores solares, no recuerdo que en el barco tuviera forma de recargar baterías y tuve que tirar de lo que tenía, como siempre que viajo lo hago mínimo con 4 baterías, aquí fue un acierto.
TRIPODES
Yo como siempre me lo lleve, pero os seré sincero... no lo use cuando fui a buscar los Dragones de Komodo, pensad que íbamos con el Ranger caminando y buscando y no me daba tiempo con tanta vida animal y detalles.
Como os he comentado antes, no decidí llevar ningún trípode en las caminatas por temas de agilizar el trabajo, y tenía claro que tipos de fotos quería hacerle, es esa ocasión, quería puntos de vista bajo, como acostumbran ser mis trabajos, para ello cuando me encontré al BIG BOSS de la isla después de 2 horas caminando sin parar me dediqué a correr para ponerme adelantarlo "llevando loco al Ranger que me seguía" y tumbarme en mitad del camino para tener imágenes frontales del Komodo, esto fue toda una experiencia, la rapidez de este animal es pasmosa, mirabas por el visor y cuando te dabas cuenta lo tenías encima, el dragón aceleraba el paso nada más verme tumbado... gracias al Ranger no tuve problemas, el me avisaba y ponía el palo en los momentos críticos... en total fueron 2, pero el último me quito las gansa de seguir... demasiado cerca y una mirada del animal de dejó claro sus intenciones.
Los Rangers nos llevarán a abrevaderos naturales de la isla, donde ellos saben que los KOMODOS se congregan así como el resto de la fauna, allí podremos tener la suerte de ver alguna cacería o pelea, aunque muchas es verdaderamente difícil ver una pelea de estos grandes áranos, ya que acostumbran a ser prudentes y con cuatro bufidos o coletazos se acaba rápido la discusión.